Las formas comunes de enfermedad observadas en animales en cautiverio se presentan típicamente por trastornos nutricionales o ausencia de las condiciones ambientales necesarias de cada especie. Debido a que no tenemos conocimiento de los requisitos nutricionales de cada especie exótica, hacer una investigación, un reconocimiento y una asociación de los recursos nutricionales y comportamientos que están presentes en su hábitat natural con los que le podemos ofrecer en cautividad, hace parte de una tenencia responsable.
Una buena nutrición para tu mascota se compone de conocer los requisitos nutricionales y la tasa metabólica de un animal individual, que variara, dependiendo de muchos factores, como la especie, el sexo, la edad, el índice de masa corporal, el comportamiento, el estado reproductivo, los ciclos estacionales y el entorno de su ambiente (gradiente de temperatura, humedad, etc…).
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Macronutrientes
Se sabe que a medida que los animales envejecen el crecimiento activo de estos se ralentiza por lo cual disminuye la necesidad de consumir una mayor cantidad de proteínas en relación con energía, en cambio el consumo de calorías en exceso no es compatible con el desarrollo musculo-esquelético óptimo en reptiles juveniles resultando en deformidades esqueléticas, esto también varía según la actividad y el estado reproductivo.
Los principales alimentos vivos comerciales de los que se alimentan nuestras mascotas omnívoras e insectívoras aportan una excelente variedad de nutrientes como la familia de los tenebrios especialmente el tenebrio rey gigante (Zophobas morio) y gusano de la harina (Tenebrio Molitor) estos se componen hasta del 50% de proteína, lo cual los hace parecer un alimento confiable como para que constituyan una parte sustancial de la dieta, pero teniendo en cuenta su elevado contenido de grasas mayor al 40% contribuyen a un consumo desproporcionadamente alto de grasas que predisponen a la obesidad (figura 1.1), la cual no es infrecuente en los reptiles en cautiverio y se debe vigilar en algunas especies registrando los pesos corporales y consultando el peso promedio de la especie en cuestión. En contraste, la amplia variedad de cucarachas, por ejemplo, Cucaracha argentina Dubia, Cucaracha Lobster, Cucaracha gigante de Madagascar o Cucaracha runner (Blaptica dubia, Nauphoeta cinerea, Gromphadorhina portentosa, Shelfordella tartara, respectivamente) el grillo (Acheta domesticus) y las larvas de mosca soldado (Hermetia illucens) que se encuentran fácilmente en el mercado aportan hasta el 60% proteínas y una menor cantidad de grasas.
En un animal omnívoro o herbívoro el exceso de proteínas o exceso de oxalatos en la dieta, como se encuentra en las espinacas u otras verduras de hojas verdes oscura pueden conducir a una hiperuricemia significativa en reptiles que finalmente puede resultar en gota y enfermedad renal. (Johnson, J. G., & Watson, M. K. 2020)
Teniendo en cuenta esto a la hora de implementar la dieta para un animal se debe registrar el tipo y la cantidad de alimentos ofrecidos, su frecuencia y relacionar la dieta con la dieta natural de la especie en cuestión. Usar alimentos variados, implementando la gran variedad de insectos de una forma consciente es esencial para la salud de cualquier animal.
Micronutrientes
En especial no solo existen alteraciones en la salud de un animal a cusa de mala relación de macronutrientes en la dieta (proteínas, grasas, carbohidratos) la mayor parte de las enfermedades se presentan por desequilibrio en micronutrientes en los que se encuentran las vitaminas A, B, C, D, E, K y minerales muy importantes como el calcio y fosforo, los cuales se proporcionan en una dieta en forma de suplementos, están presentes en algunas frutas y verduras o por insectos con carga intestinal.
Como regla general, los reptiles se dividen en herbívoros, omnívoros y carnívoros (insectívoros), donde los principales desafíos de una dieta omnívora o insectívora son el escaso contenido de vitamina A, el deficiente contenido de calcio y su mala relación de calcio-fósforo, la inapetencia o mala absorción de estos nutrientes. En animales carnívoros es poco probable que se produzcan desequilibrios nutricionales relacionados con el calcio y el fósforo cuando la dieta se compone principalmente de especies de vertebrados (ratas, ratones, aves, peces), aunque, la deficiencia de tiamina y la obesidad son los trastornos nutricionales que se observan con mayor frecuencia con una dieta de vertebrados.
Vitamina A
La vitamina A es el término utilizado para agrupar varios compuestos biológicamente activos (retinol, retina, acido retinoico) los cuales solo se encuentran en el tejido animal. En las plantas solo se pueden encontrar precursores (provitaminas) de la vitamina A denominados carotenoides entre ellos la luteina, la cantaxantina, y el betacaroteno considerado como el precursor más importante. La cantidad de carotenoides presente en el material vegetal es proporcional a la cantidad de color verde y amarillo en las plantas o vegetales.
Todos los herbívoros parecen capaces de tomar vitamina A a partir de los carotenoides presentes en algunas verduras y sus precursores de la vitamina A. Los carnívoros suelen evitar la deficiencia de vitamina A ya que el hígado de su presa es una fuente de vitamina A almacenada.
Muchas presas de insectos criados en cautividad de las que se alimentan los animales insectívoros tienen una baja concentración de vitamina A, sin embargo, estudios (Ogilvy, V., Fidgett, A. L., & Preziosi, R.F. 2012) han demostrado que la carga intestinal es un método eficaz para alterar la composición nutricional de los insectos Specialexotics, esto se hace con el objetivo de evitar la hipervitaminosis A iatrogénica por suplementos y la hipovitaminosis A.
La vitamina A es una vitamina liposoluble que se aporta a un animal principalmente en forma de beta-caroteno por insectos con intestinos cargados o suplementos, últimamente se ha demostrado que algunos reptiles insectívoros como los camaleones pantera (Furcifer pardalis) o geckos leopardo (Eublepharis macularius) puede convertir los carotenoides en vitamina A. (Dierenfeld et al., 2002; Cojean, O., Lair, S., & Vergneau-Grosset, C. 2018)
La vitamina A esencial para muchos procesos biológicos, como la salud epitelial, la visión, el crecimiento, la reproducción y la función inmunológica, así que, la hipovitaminosis A (deficiencia de esta vitamina) se asocia principalmente con hiperqueratosis del epitelio de muchos órganos que conducen a una enfermedad clínica. La descamación excesiva de las células conduce a la acumulación de detritos descamados y predispone a infecciones secundarias.
también esta descrita la importancia de esta vitamina en la correcta regulación inflamatoria, la función apropiada de las defensas antivirales e incluso los focos de epitelio con deficiencia de vitamina A pueden ser sitios de fácil penetración de bacterias y otros agentes, lo cual lleva a infecciones secundarias lo cual contribuye a empeorar la gravedad de las infecciones. (Ross, A. C., Stephensen, C. B. 1996)
La hipervitaminosis A (exceso de esta vitamina) casi siempre es causada por un tratamiento excesivo con vitamina A, pero también puede ocurrir si se alimentan cantidades excesivas de hígado crudo. A raíz de esto, se pueden presentar lesiones de la piel que puede progresar a ulceración generalizada y desprendimiento de esta. Predisponiendo a infecciones secundarias y también puede aparecer depresión, letargo, anorexia y deshidratación. (Mans, C., & Braun, J. 2014)
Calcio y Vitamina D
La suplementación de Ca es necesaria de forma regular (diariamente o día por medio) para todos los reptiles en crecimiento que no consumen vertebrados enteros con regularidad. Una vez que los adultos tienen esqueletos completamente formados, las demandas de calcio (Ca) disminuyen, pero aún existe una necesidad, especialmente en las hembras reproductoras. La mayoría de las sales de calcio se absorben mejor en compañía de alimentos y ayudan a inhibir competitivamente la absorción de fosforo (P). Idealmente, los suplementos de Ca deberían ser independientes de los multivitamínicos (distintos de la vitamina D) y contener poco o nada de P.
El tipo de Ca utilizado también es importante, ya que los diferentes tipos de sales de Ca tienen diferentes cantidades de Ca biodisponible para absorción y utilización. Un gramo de carbonato de Ca tiene el 40%, o 400 mg de Ca biodisponible para la absorción, por ejemplo, Repti-Calcium (Zoo Med), seguido de 1 gramo de citrato de Ca con 211 mg de calcio biodisponible, 1 gramo de lactato de calcio tiene 130 mg, 1 gramo de gluconato de calcio 93 mg y 1 gramo de glubionato de calcio tiene 66 mg de calcio biodisponible para ser utilizado por el animal. La mayoría de los insectos tienen una proporción de Ca a P de 1 a10, por lo tanto, cualquier suplemento de Ca debe estar libre de P o tener una relación Ca: P muy alta (> 20: 1). Las proporciones saludables de Ca: P para la mayoría de los vertebrados son generalmente de 2 a 1 a 3: 1, pero pueden ser más altas para los reptiles en crecimiento. En pocas palabras, como elementos dietéticos, los insectos son deficientes en Ca con pocas excepciones entre ellas las larvas de la mosca soldado negra (Hermetia illucens) tienen un mayor contenido de Ca y una buena relación entre el Ca y P . (Divers, S. J., & Stahl, S. J. 2019)
La vitamina D mejora la absorción de Ca y como hemos comentado, el Ca se utiliza a menudo de forma diaria o regular. La vitamina D se obtiene de origen dietético por suplementos con vitamina D3 o a través de la radiación UV-B que estimulan precursores de provitaminas para la síntesis de vitamina D3 (colecalciferol). Sin embargo, esta se debe metabolizar a través de las vías renal y hepática a la forma biológicamente activa que es el 1,25-dihidroxicolecalciferol (calcitriol) este proceso es dependiente de temperatura, y el calcitriol tiene la función de regular el metabolismo del calcio principalmente aumentando la absorción intestinal de calcio y la reabsorción renal de calcio.
Así que, la deficiencia prolongada de calcio o vitamina D3 en la dieta, es principalmente a causa de un desequilibrio de la relación calcio-fósforo en la dieta (generalmente exceso de fósforo), exposición inadecuada a la radiación UVB de longitud de onda adecuada, falta de una zona de temperatura adecuada o pérdida de la función renal, Y esta deficiencia es la etiología de enfermedades como el hiperparatiroidismo secundario renal o nutricional el cual desencadena la enfermedad ósea metabólica figura 2.1.
La vitamina D es liposoluble y el exceso puede quedar retenido en la grasa, puede provocar nefrocalcinosis y el consiguiente deterioro de la función renal. El consumo excesivo de vitamina D también puede ocurrir con la ingestión accidental de algunos raticidas que contienen colecalciferol.
Referencias
- Johnson, J. G., & Watson, M. K. (2020). Diseases of the Reptile Renal System. Veterinary Clinics of North America: Exotic Animal Practice. doi:10.1016/j.cvex.2019.08.006
- Doneley, B., Monks, D., Johnson, R., Carmel, B. (2018). Reptile Medicine and Surgery in Clinical Practice. Wiley Blckwell.
- Ogilvy, V., Fidgett, A. L., & Preziosi, R.F. (2012). Differences in carotenoid accumulation among three feeder-cricket species: Implications for carotenoid delivery to captive insectivores. Zoo Biology. https://doi.org/10.1002/zoo.20416
- Dierenfeld, E. S., Norkus, E. B., Carroll, K., & Fergusion, G. W. (2002). Carotenoid, vitamine A and vitamine E concentrations during egg development in panther chameleons (Furcifer pardalis). Zoo Biology. https://doi.org/10.1002/(ISSN)1098-2361
- Cojean, O., Lair, S., & Vergneau-Grosset, C. (2018). Evaluation of β-carotene assimilation in leopard geckos (Eublepharis macularius ). Journal of Animal Physiology and Animal Nutrition. doi:10.1111/jpn.12924
- Mans, C., & Braun, J. (2014). Update on Common Nutritional Disorders of Captive Reptiles. Veterinary Clinics of North America: Exotic Animal Practice, 17(3), 369395. doi:10.1016/j.cvex.2014.05.002
- Divers, S. J., & Stahl, S. J. (2019). Maders Reptile and Amphibian Medicine and Surgery Third edition. ELSEVIER
- Ross, A. C., Stephensen, C. B. (1996). Vitamin A and retinoids in antiviral responses. FASEB J. 10, 979-985